Por aca en Monterrey he visto que la gente puede ser mas cruel e indiferente a los sentimientos ajenos como en otras ciudades, en especial en los papás. Por eso esque he visto muy comunmente el uso de este simple aparato de tortura usado por casi todos alguna vez para poder domesticar a tu perro y lucirte de trotar en el parque, o simplemente sujetarlo a un árbol con este instrumento para impedir que llegue a una zona especifica y arruine tus nachos.
Pero ahora, ahora lo usan en bebés.
Luce tan normal, aún así no puedo evitar sentir lástima por el niño. Será que los padres ahora si se han vuelto tan holgazanes que ya ni se quieren molestar en perseguirlo por el centro comercial o enseñarle, por medio de palabras, que con correr corres el riesgo de sacarte un ojo.
Presciento que los niños expuestos a esto crecerán retraidos y con alguna especie de fascinación por las sogas y las enfermedades mentales.
Oh bien, no son mis hijos.