
"Volví a casa un día y Blackie estaba sentado allí como mantequilla que no quiere derretirse. Pero luego supe que algo estaba mal. Cuando mire al buzón me dí cuenta que estaba cubierto de sangre y ciertamente no era de Blackie."
Aparentemente el gato se muestra amigable y acariciable con sus dueños, el único remedio que el dueño pudo hacer contra este problema fue poner un anuncio de "Cuidado: Gato Peligroso" en la entrada de su casa.
Honestamente hubiera sido preferible poner al pobre gato "a dormir", a menos que este ya me tuviera amenazado. Eso me recuerda tengo que alimentar al gato de mis abuelos las próximas semanas.
Via Metro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario