Lo bueno: El retiro, como ellos mismo dicen, es un camino de espiritualidad donde uno se redescubre a si mismo y se pone a analizar sobre su vida para cambiar de parecer por un instante, honestamente en este retiro hubo muy poco de eso, al menos por parte mía, pero hubo algunos momentos que si valieron la pena, algunos temas que si me llegaron y me hicieron reflexionar y honestamente en cierto punto sentí miedo de quien era y que estaba haciendo. Casi todos los temas tratados allí son buenos y creo que cualquier adolescente debería tratarlos para mejorar su vida y dejar de ser un poco más miserable pero la única forma en que esos temas pudieron haberme llenado completamente era remplazando las palabras “Cristo” y “Dios” por cualquier otra. Además estaba la comida, aunque repetían demasiadas veces una ración y casi siempre nos tocaba ya fría.
Lo malo: En un principio el retiro fue malo por el aislamiento, uno se encuentra encerrado en un extraño y frío lugar por horas y horas y cada rato te llaman para asistir un tema y hacer la misma dinámica (agachen sus cabezas, cierren sus ojos (me dolió la espalda ): ) y eso era tedioso, aunque era de esperarse por que era un maldito retiro, honestamente me esperaba más, pero no lo encontré, algunos de los temas eran demasiado estereotipados y no logré alcanzarme a mi mismo completamente, solo me vi por dentro un poco, me asuste y luego volví a la realidad desilusionado. Vi más al retiro como un montón de guerra psicológica, te doblegan el espíritu y te hacen avergonzarte por lo que haces para que al final te tengan como otro auxiliar y sigas la cadena. Los gritos.
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