Perdida de bienestar,
Es la causa de todo,
De un espectáculo sensacional.
Por causas y más.
Sedujo a la mirada,
Que se postraba distante,
Y de cierto modo exasperante.
Quería ese arcorisis,
Dentro de su corazón,
Para poder reír otra vez,
Para poder vivir sin perdón.
No importaba mucho el habla,
Solo equivalía la desgracia,
Por mucho tiempo navegó,
En busca de esos ojos color azul.
Y cuando al fin los encontró,
Estaban cerrados en su interior,
Imposibles de abrir ya,
Imposibles de poder amar.
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