Es lo único que uno puede decir al ver al mundo con otros ojos tantas veces que te llegas a convertir tu también en una muestra de exhibicionismo. Envidio a todas esas personas que encajan, pero al mismo tiempo huyo de ellos para no contagiarme. Encajar aveces cuesta la única cosa que nos vuelve unicos individualmente además de la marca de ropa.
Nacemos igual, vivimos una juventud similar a las de otros cientos de miles de niños, crecemos y nos convertimos en seres iguales y formados divididos en clase sociales pero a fin de cuenta somos iguales a los ojos de un rascacielos.
Supongo que no hay otra opción.
Todo hombre es una isla solitaria, es una palmera y un puñado de arena. El mundo es una sola isla y todos formamos a un solo hombre, un hombre lleno de conflictos y pensamientos suicidas, al parecer, la mentalidad de un bebé sin brazos.
Somos tan diferentes pero tan iguales a la vez. Excepto en Halloween.
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