domingo, noviembre 25, 2007

Moth

En la escuela preparatoria. Las clases comienzan a tener un nuevo significado, en algunos cazos un giro nuevo y bueno, en otros (comúnmente matemáticas) es frustrante y tedioso, pero muchas de esas sensaciones suicidas ya las habías sentido antes (tal vez en menor medida).
El semestre pasado asistí a una clase de ciencias sociales, donde un profesor, el cual casualmente resulto ser un querido tío mío, nos explicaba las formas en que las sociedades humanas se organizaban para evitar sentir miedo de estar demasiado cercas unos de otros.
Las clases de mi tío fueron, para ser honesto, un fiasco. Nadie se interesaba en la clase lo suficiente y el profesor no motivaba a los estudiantes lo suficiente, como si conspirara en secreto en llevar abajo esta clase del calendario de la escuela para siempre.
Hasta entonces, mis clases de Historia siempre fueron iguales, relatos interesantes sobre héroes revolucionarios con super poderes que le pateaban el trasero a los chicos malos, luego esos héroes se convirtieron en ladrones y desalmadados, y después descubrí que este país había sido fundado por unos sociopatas y avaros gordos que se mofaban de patear a los que eran inferiores a ellos, y se creían guapos a pesar que no se cepillaban el cabello, los dientes, o su dignidad. Aun así las clases eran interesantes.
El problema comenzó en el siguiente semestre, un profesor de historia algo radical e izquierdista, nos empezó a enseñar Historia de una forma diferente, pasamos de los héroes corrompidos a los políticos corrompidos. Y en vez de estrategias de guerra vemos estrategias de extorsión y muchos planes buenos y malos que esos políticos aplicaron a este hermoso país por siglos y siglos. Es solo que la clase de historia ahora se ha convertido en clase de política, donde el profesor nos invita a hacernos izquierdista y algún día lanzar una granada a alguna oficina gubernamental por el bien del anarquismo político.
Extraño los días en que las clases de historia servían para contarnos, historias interesantes, no digo que estas no lo sean, es solo que a medida que el tiempo avanza, todo se vuelve cada vez más formal y aburrido.
Me pregunto si algún día volveremos a la época de los machetes.

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